Barreras

Hablamos el mismo idioma, pero no siempre nos entendemos. La comunicación a veces resulta complicada, aparecen barreras y muros que impiden que nos entendamos constantemente. La cultura a veces juega una mala pasada pues los choques culturales tienden a hacerse más presentes de lo que nos gustaría y aunque a veces ponemos todo nuestro empeño en entender al otro, las barreras son tan grandes que no logramos entendernos. Comunicar es fundamental para convivir, comunicar cómo me siento, qué necesito, qué haremos hoy… Sin embargo, cuando esa comunicación se ve influida por diversos factores que escapan de nuestro control, la frustración aumenta y es capaz de levantar más muros.
Por eso repito, el idioma es el mismo; la gramática, las estructuras lingüísticas son las mismas, pero la buena comunicación va más allá de elementos comunes como puede ser la construcción de oraciones. Emplear la interpretación no siempre trae buenos resultados, al fin y al cabo la interpretación es mía, y tú no tienes por qué responsabilizarte de ella, yo tampoco pediría nunca que lo hicieras. A veces las palabras nos están diciendo algo pero el lenguaje no verbal juega en contra de aquello que escuchamos, lo que entra por nuestros oídos y llega a nuestro razonamiento, no acostumbro a tal gesto ¿Qué querrá decir? No siempre es fácil para mí llegar a entender lo que está sucediendo, seguir la conversación sin perderme, descifrar qué quieres decir. Me entran dudas de si la invitación es seria o simplemente compromiso, si se capta la ironía en mis palabras, si tus bromas son las mismas que las mías, si nuestras caras reflejan el mismo sentimiento aunque las muecas no sean idénticas, no lo sé…
¿Y si en vez de tratar de descifrar simplemente me dejara llevar? Las barreras comunicativas existen a diario, más cuando diferentes culturas se encuentran de frente y comienzan a formarse vínculos y a conocer lo tuyo y lo mío, lo nuestro. Por qué darle tantas vueltas al si estaré entendiendo bien lo que me están queriendo decir, no será mejor adentrarse en este mundo tan diferente y comenzar a empaparse de todo lo que hay aquí, tratar siempre de evitar choques provoca no querer desviar la mirada ni un segundo del camino, en vez de admirar el bello paisaje que hay a los lados. Estar en primera línea implica fallar, equivocarse, malentender y replantear todo lo que hasta el momento creíamos, ¿pero no es por eso que estamos aquí? Para vivir lo que tenemos delante y lo que constantemente nos están ofreciendo, para tratar de no rechazar cosas que de normal rechazarías simplemente por los aprendizajes previos que llevas en la espalda. ¡No pienses tanto! ¡Actúa! Existen cantidad de personas que en cuanto te tambalees y flaquees estarán ahí para encaminarte nuevamente por la ruta que sigue al aprendizaje y al contacto directo con todo lo que se presenta ante ti.