Hacia un nosotros cada vez más grande

A todos los hombres y mujeres del mundo dirijo mi llamamiento a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, a recomponer la familia humana, para construir juntos nuestro futuro de justicia y de paz, asegurando que nadie quede excluido.
El futuro de nuestras sociedades es un futuro “lleno de color”, enriquecido por la diversidad y las relaciones interculturales. Por eso debemos aprender hoy a vivir juntos, en armonía y paz. Me es particularmente querida la imagen de los habitantes de Jerusalén que escuchan el anuncio de la salvación el día del “bautismo” de la Iglesia, en Pentecostés, inmediatamente después del descenso del Espíritu Santo: «Partos, medos y elamitas, los que vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y la zona de Libia que limita con Cirene, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes les oímos decir en nuestros propios idiomas las grandezas de Dios» (Hch 2,9-11).
Oración
- Padre santo y amado,
- tu Hijo Jesús nos enseñó
- que hay una gran alegría en el cielo
- cuando alguien que estaba perdido
- es encontrado,
- cuando alguien que había sido excluido, rechazado o descartado
- es acogido de nuevo en nuestro nosotros,
- que se vuelve así cada vez más grande.
- Te rogamos que concedas a todos los discípulos de Jesús
- y a todas las personas de buena voluntad
- la gracia de cumplir tu voluntad en el mundo.
- Bendice cada gesto de acogida y de asistencia
- que sitúa nuevamente a quien está en el exilio
- en el nosotros de la comunidad y de la Iglesia,
- para que nuestra tierra pueda ser,
- tal y como Tú la creaste,
- la casa común de todos los hermanos y hermanas. Amén.
Papa Francisco
