Conocí a Barthélemy el verano de 1998 en Bouaké, cuando era un jovencito. A finales de este año se incorporará a la Fundación del Perú. El primer religioso viator africano (marfileño) que comienza su aventura misionera en las Américas. Nueva lengua, nueva cultura, nueva vida. Que tu trabajo y misión, Barthélemy, sea fructífera. Un abrazo.
Toma mi vida nueva, antes de que la espera desgaste años en mi! Estoy dispuesto a lo que quieras! No importa lo que sea, tú llámame a servir… Llévame allí donde los hombres necesiten tus palabras, necesiten mis ganas de vivir!…
Empiezo esta carta por la canción de la hermana Glenda que me parece muy inspirada en esta ocasión…En efecto, fue con alegría como recibí la noticia de mi nombramiento a la fundación del Perú por el Superior de la Provincia de Canadá, a través de su carta del 15 de julio de 2013. Fue algo que me encanto, porque gracias a ustedes, los Superiores de Francia y los de Costa de Marfil sobre todo, voy a hacer una experiencia misionera única en nuestra Comunidad Viatoriana marfileña. Os doy gracias y doy gracias a nuestro Padre que está en el cielo!
El viaje hacia las Américas
El Viaje ha transcurrido bien, pero, al final estaba un poquito cansado por la distancia y los tiempos de espera en el aeropuerto de París. Yo tenía miedo otra vez, como el fundador de nuestro país, Houphouet Boigny. Me sentí como en el vientre de un gran pájaro. Salí de Abidjan el 16 de septiembre a las 11 de la noche y llegaba a Montréal, el 17 de septiembre, al mediodía.
La acogida de los Viatores canadienses
¡Qué sorpresa! ¿Sabes quién me esperaba en el aeropuerto? Era el Superior de la comunidad de la Casa provincial de Canadá, el simpático y caluroso padre Jean Pilon. Rápidamente tomé nota del programa de vida comunitaria. Una vez instalado, el padre Claude Roy, Superior Provincial, él mismo, me presentaba a todos los hermanos como el nuevo misionero del Perú. Un aplauso bien sonoro acabó su intervención. Con la comida, hasta ahora, tengo cuidado, es decir que yo como lo que me parece conocido. Así no tengo problemas. Y esta técnica funciona bien. De lo cual, me alegro mucho.
Estancia en Canadá: actividades, encuentros, intercambios…
Ya hace un mes que vivo aquí, en la residencia del hermano Paul-André Turcotte. Es una habitación agradable y llena de libros. El problema es que no tengo tiempo de leer sus libros porque los hermanos me han ofrecido muchos libros para acoplarme de la lengua española. Me doy cuenta que se trata de un universitario. Descansar aquí es un honor para mí. ¡Gracias a Dios!
Me he tomado algunos momentos para pasear por el centro de la ciudad, que es muy bonito. Estuve en las comunidades de Rigaud, Joliette y Sagrado Corazón para compartir con los hermanos, su felicitad o su dolor porque se trataba a veces de celebrar rezando por los difuntos.
Durante estos encuentros yo aprovechaba la oportunidad para hablar con los hermanos que trabajaron hace mucho anos en Perú. Me han animado y me han dado ganas de ir allí, y me han dado preciosos consejos (uno de ellos es mi director espiritual). Les doy las gracias a ellos también. ¡Son formidables!
He visitado también a algunas familias que conocía desde hace muchos años. Con Benoit Tremblay, Claude Roy y David Cuenca, estamos cada día intentando buscar el visado para el Perú, ¡que no es fácil! Pero gracias a ellos, tendré este visado quizás dentro de tres semanas. Me fortalecen mucho los momentos de oración y de Eucaristía comunitarios y no olvidaré el pequeño retiro en la Iglesia del Santo Sacramento con el hermano Luc Dénommé, fue un verdadero tiempo de profundo silencio interior y de encuentro con Dios.
Impresiones y proyectos en vísperas de mi misión en Perú
Hoy estoy muy feliz y me siento como un misionero, un Viator que va a encontrarse, convivir, compartir, trabajar y rezar con los del Perú. Me siento como un africano que va a conocer otras gentes, otra cultura, otro mundo, con sus realidades, sus dificultades y sus alegrías. Voy para ayudar a los Clérigos de San Viator que obran allí. Voy a aprender y a caminar con Jesús y su madre María en medio de los que necesiten alegría, amor, esperanza y mis ganas de vivir.
En concreto, pienso que mi superior David Cuenca y los hermanos del Perú están esperándome para ayudar en el Centro San Viator de Collique. Pero mis responsabilidades se precisaran cuando llegue allí. ¡Que Dios nos guarde en su Paz!