JVC – San Viator Jutiapa – SERSO Honduras
Desde el primer minuto que pisé tierras hondureñas la curiosidad, el miedo y la incertidumbre de cuál iba a ser mi papel en la escuela se apoderaron de mí. ¿En qué grados me tocará trabajar? ¿Cuáles serán las tareas a desarrollar? ¿Cómo será el grupo docente? ¿Qué tipo de metodología utilizarán? ¿Estaré cómoda? ¿Desarrollaré bien mi tarea? Muchas preguntas que no tardaron demasiado tiempo en resolverse.
Es cierto que yo venía con una mochila educativa muy diferente a la que se encuentra en Jutiapa. Aquí la docencia se desarrolla mediante el modelo tradicional, es decir, el docente instruye e imparte conocimientos mientras el alumnado asimila los contenidos. Por ello, los primeros días tuve que dejar a un lado esa mochila y observar cómo se desarrollaban las clases, cómo el docente explicaba los diferentes conceptos o cuál era el procedimiento que se llevaba a cabo para así luego poder poner en práctica con el alumnado dichas estrategias y no ser un obstáculo para su aprendizaje.
Mi tarea en la escuela se ha basado en impartir tutorías a niños y niñas del primer ciclo de básica y en ellas he podido observar los diferentes niveles y disposiciones existentes en un mismo grado. Por este motivo, he tratado de que en mis tutorías siempre tuvieran presente que poder acudir a ellas es sinónimo de tener una gran oportunidad que les proporciona el centro para que avancen en su aprendizaje y que no todos niños y niñas que viven en Jutiapa tienen, por lo que deben aprovechar ese regalo que se les ofrece.
Teniendo en cuenta las diferentes características del alumnado en cuanto a su motivación y aprendizaje, he desarrollado unas actividades partiendo de sus intereses para que el conocimiento se diese de manera satisfactoria. En este caso la herramienta clave para ello ha sido el juego, a través del cual he observado que el alumnado cada día acudía más motivado y predispuesto a trabajar. Asimismo, he contemplado que mediante la técnica “ensayo-error” el propio alumnado ha ido corrigiendo y construyendo su propio aprendizaje.
Por lo general, estoy bastante satisfecha con el trabajo realizado puesto que en este tiempo los niños y las niñas han ido logrando los pequeños objetivos marcados antes de que acabase esta experiencia como lo son el aprendizaje de las vocales, el abecedario, el reconocimiento de las letras, los colores, la lectura de sílabas, los números del 1 al 20 y las operaciones básicas como las sumas y restas, entre otros.
“Todos los aprendizajes de la vida se hacen jugando”