Gladis Pacheco, viator asociada
Un año en la lucha por la educación en la escuela pública Pedro Nufio de Jutiapa
Año 2020. Un año inolvidable, con tanta incertidumbre, y en el sistema educativo público, para mí un año perdido, pues no se declaró directamente promoción automática, pero fue esa la medida que promovió a muchos de nuestros alumnos. Diferentes problemas les obligó a desertar del sistema escolar: muchos padres sin empleo que por la pandemia perdieron su trabajo; las ventas en el punto de buses generan ingresos a muchas familias; padres que no tienen acceso a internet, ni un teléfono con tecnología moderna, bajos recursos económicos… Me decía una madre: ‘con lo poco que consigo prefiero comprar la libra de frijoles para darles de comer a mis hijos que comprar una recarga de celular para que hagan sus tareas’. Visité muchos de nuestros alumnos inactivos y conmueve ver cómo sobreviven. Por otro lado, padres conformistas perdieron el interés por la educación de sus hijos.
En el nivel medio alumnos que me decían: ‘de todas maneras hagamos tareas o no, siempre vamos a pasar’, y yo le decía ‘¿pero no le preocupa su aprendizaje?’ Y me sentí muchas veces impotente y mis esfuerzos perdidos, al ver con qué frialdad y conformismo, esperaban ser promovidos, sin haber hecho ni una tarea. Hubo quien me preguntó al final del año si pasó… Pienso que la educación de nuestros niños hondureños cada vez es más deficiente, tenemos un sistema sin una visión, sin un plan futuro por la educación. Los docentes no contamos ni con textos, envían textos y guías de manera virtual, pero ¿quién paga la impresión de esos materiales? Muchas veces los docentes y otro buen porcentaje, los padres de familia.
Pero no todo es malo también existen muchos buenos docentes que hacen la diferencia, y muy buenos alumnos y padres, que con fe y la esperanza luchan ante la adversidad.