Cuentos para reflexionar – AUTENTICIDAD 06

Iniciando otro viaje

El conocido viajero volvió de un largo recorrido, y como venía sucediendo cada vez que regresaba, muchas personas vinieron para escuchar la narración de sus andanzas por otras tierras. Sabedor de esta circunstancia, el viajero tenía ya preparado su discurso, tan preparado que se lo sabía de memoria. Iba a contar lo de siempre (“yo he hecho…”, “yo he ido…”) para conseguir el mismo resultado de siempre. Sin embargo, esta vez vio que sus palabras no generaban el entusiasmo de otras ocasiones: algunos de los presentes daban muestras de aburrimiento, otros le miraban con ojos vacíos… El viajero aumentó el tono de la voz pensando que así conseguiría un mayor interés, pero lo único que consiguió fue sobresaltar a los que dormitaban. Alguien osó levantarse y salir. Esto desconcertó al viajero: nunca antes alguien había salido sin esperar el final de su narración. Aumentó aun más el tono de su voz, pero el ejemplo del primero en levantarse fue seguido por otro, y otra, y otro más… Casi a gritos el viajero continuó el discurso que tenía aprendido de memoria y que, costase lo que costase, tenía que terminar. Cuando llegó al final, agotado por el esfuerzo, sólo quedaban dos personas junto a él.

“¿Cuál ha sido tu viaje interior?”, preguntó la primera.

“¿Cómo eran las personas que has encontrado? ¿Has participado de sus vidas? ¿Cuáles eran sus sueños?”, preguntó la segunda.

El viajero no sabía qué responder, estas preguntas quedaban muy lejos de sus preocupaciones cuando emprendía un viaje y quedaban también muy lejos de lo que él contaba a la vuelta. Pero gracias a ellas descubrió la razón de su fracaso: en su viaje se había limitado a recorrer kilómetros con mirada distraída y sin interés por conocer la vida de los que allí moraban porque creía saberlo todo… Además, sus vecinos habían cambiado y no eran los mismos, ahora eran mucho más mestizos culturalmente, y en mentalidad: buscaban la experiencia vital, la hondura del encuentro humano… Y se dio cuenta de que los ojos de mirada vacía que había observado reflejaban su interior.

San Viator_Peru

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