Este Santuario, guarda, atesora, la memoria de un pueblo que sabe que María es Madre y ha estado y está al lado de sus hijos.
Ha estado y está en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en nuestras casas. Ha estado y está en nuestros trabajos y en nuestros caminos. Ha estado y está en las mesas de cada hogar. Ha estado y está en la formación de la Patria, haciéndonos Nación. Siempre con una presencia discreta y silenciosa. En la mirada de una imagen, estampita o medalla. Bajo el signo de un rosario, sabemos que no vamos solos.
¿Por qué? Porque María quiso estar en medio de su Pueblo, con sus hijos, con su familia. Siguiendo siempre a Jesús, desde la muchedumbre. No quiso, como buena madre abandonar a los suyos, sino por el contrario, siempre se metió en donde un hijo pudiera estar necesitando de ella. Tan solo, porque es Madre.
Yo aparezco en esta foto.