Dios piensa en cada uno de nosotros» y «piensa bien, nos quiere, ‘sueña’ con nosotros. Sueña en la alegría que gozará con nosotros. Por esto el Señor quiere ‘re-crearnos’, hacer nuevo nuestro corazón, ‘re-crear’ nuestro corazón para hacer triunfar la alegría.
¿Lo habéis pensado? ‘¡El Señor sueña conmigo! ¡Piensa en mi! ¡Yo estoy en la mente, en el corazón del Señor! ¡El Señor es capaz de cambiarme la vida!’. Y hace muchos planes: ‘Fabricaremos casas, plantaremos viñas, comeremos juntos’ … todas estas ilusiones que hace sólo un enamorado … Y aquí el Señor se muestra enamorado de su pueblo: ‘Yo no te elegí por ser el más fuerte, el más grande, el más poderoso. Te elegí porque eres el más pequeño de todos. También puedes decir: el más miserable de todos. Pero te elegí así’. Y esto es el amor.