Si queremos resolver verdaderamente los problemas, habrá que atajar la raíz de todos los males que es la desigualdad.
Deseo repetirles lo que escribí en la ‘Evangelii Gaudium‘: No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata. No es posible que no aparezca en los titulares que un anciano muere congelado por vivir en la calle y sí una bajada de dos puntos en bolsa.